Al observar la vida de hombres y mujeres que han marcado la historia de forma positiva hasta la actualidad, el autocontrol ha sido la característica más notoria en sus vidas. Sus victorias o éxitos públicos se hicieron visibles, luego de haber logrado una victoria sobre ellos mismos.
En inglés la palabra autocontrol deriva de una raíz griega que significa «agarrar» o «sostener». Por esta razón, esta palabra describe a personas que agarran sus vidas y controlan sus deseos a fin producir resultados positivos.
«La victoria personal , privada, antecede a la victoria pública. El autocontrol y la autodisciplina son las bases de las buenas relacionas humanas» – Stephen Covey
Al hablar de autocontrol o autodisciplina, nos estamos refiriendo a la capacidad de alterar o refrenar los deseos propios más inmediatos. Esto se hace con el propósito de lograr resultados beneficiosos a largo plazo. Sin autocontrol o autodisciplina, no se puede llegar a tener éxito o mantenerlo. Esto nos coloca en la posición de exigirnos para llegar a un nivel más alto.
EL MÚSCULO DEL AUTOCONTROL
La disciplina propia o autocontrol es como un musculo que necesita ser ejercitado. Para ello hay que desarrollar el hábito de hacer lo que tenemos que hacer aún cuando no queremos ni sentimos ganas de hacerlo.
«La primera y gran victoria es conquistarse uno mismo» – Platón
El autor Stephen Covey considera la autodisciplina o autocontrol como un músculo que puede ser desarrollado y ejercitado mediante la práctica. Covey nos dice «que el mismo principio que aplica cuando las fibras musculares se rompen así aplica para los músculos emocionales. La naturaleza sobrecompensa el daño en los músculos, y en cuarenta y ocho horas, las fibras se hacen más resistentes, ya que han registrado el dolor». Así mismo ocurre con la autodisciplina y el autocontrol. A medida que nos ejercitamos en el control de nuestros deseos e impulsos nos hacemos más fuertes.
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